La Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada lleva investigando desde el pasado mes de noviembre de 2018 un fraude a gran escala en las ayudas de la Unión Europea, el Estado y las Comunidades Autónomas a la formación para desempleados por parte de centros privados de formación. El modus operandi consiste, según la denuncia inicial impulsada por un grupo de docentes y la Agencia Antifraude valenciana, en el cobro de "mordidas" en las retribuciones a los profesores y profesoras autónomos.
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Otra cosa es lo que comenta el artículo, que he visto a muchas empresas hacerlo con los certificados de profesionalidad, te dicen que te pagan 20 euros la hora pero te piden que les factures 25 o 30, o te hacen pagar x en concepto de materiales.
Este tipo de formación no lleva IVA, pero el IRPF si, y aceptar contratos en estas condiciones te puede suponer un meneo con Hacienda el año siguiente, mientras estás empresas se lavan las manos e ingresan hasta 100 euros la hora por alumno.
La formación es algo necesario y bueno para el mercado laboral, pero regalar millones sin ningún control ni auditoría es una irresponsabilidad, como ya se ha visto en Andalucia, o con los cursos de cortado de jamón que se ofrecían hace unos años en los que regalaban al empresario un jamón, y tú te preguntabas para que cojones quería un despacho un curso de esos.
Como empezaron a controlar la relación de curso/puesto de trabajo cambiaron los jamones por tablets, y los cursos empezaron a estar mas relacionados.
En fin, puedo contar auténticas historias de terror con todo tipo de formación, empezando por la bonificada y llegando a los talleres de empleo, de cómo como tutor o profesor te la intentan colar de mil maneras posibles para hundirte en la mierda mientras otros se lo llevan calentito, pero también puedo contar historias de mucha gente que se formó y salió adelante, y que sin esas oportunidades no habrían logrado nada o les habría costado mucho más.
No se como harán en otros países, pero seguro que lo tienen mejor planteado.
Al final tuve que dejarlo cuando encontré un trabajo estable, pese a que me gustaba.