Una investigadora premiada por su trabajo de tesis doctoral en la Universidad de Oviedo entrega al Rector una tarjeta de embarque correspondiente a uno de sus viajes a Chile, donde se ha visto forzada a emigrar para continuar su trabajo. La investigadora es miembro de Somos Asturias.
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Sin duda, en España hay un problema de fuga de cerebros muy serio, pero hay que tener cuidado con los casos concretos que se comentan. Como suelo decir, el problema no es tener que marcharse, sino no poder volver.
Esta investigadora en cuestión acaba de terminar su doctorado. Normalmente, en ese caso uno ni se plantea seguir investigando en España, sino que se buscan contratos postdoctorales en el extranjero. Por muy bueno/a que seas, hay que salir del país para conocer otros grupos, desarrollar nuevas líneas de investigación y hacer una red internacional de colaboradores. Así que sintiéndolo mucho por esta chica, creo que no tiene ninguna razón con su protesta.
Otra cosa es que pasados unos años de experiencia postdoctoral quiera volver a España y entonces no pueda. Eso sí que es lamentable. Pero tener que salir es lo habitual (y lo deseable).