Las imágenes muestran cómo el hombre se lanza al mar y nada hacia la tierra mientras se está grabando a sí mismo. El bañista corre entre las plantas hasta el centro, donde es recogido de nuevo por otra persona, que llega a aterrizar el helicóptero sobre la superficie protegida.
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Ojalá le caiga una buena multa (al menos).
Imagina que tú vas a alquilar un helicoptero y dices: Tienes que aterrizar en la Moncloa, porque voy a mearme desde el aire en el A8 de Rajoy.
Evidentemente la empresa debería decirte: Eso no está permitido, lo sentimos, si te dicen que si, allá ellos con las repercusiones por hacerle caso a un loco.