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La cárcel de Torrijos y las nanas de Miguel Hernández

En una de las diecisiete prisiones que hubo en Madrid tras la Guerra Civil alumbró Miguel Hernández uno de sus poemas más conocidos, ‘Las nanas de la cebolla’. Una mañana, Hernández se acercó a otro preso que dibujaba en el patio espantando los demonios del encierro. Tras preguntarle si era dibujante, el poeta le enseñó uno de sus bocetos, dedicado a su hijo Manolillo, y se marchó en silencio. Aquel recluso que dibujaba en el presidio se convertiría con el tiempo en el famoso humorista Miguel Gila. Miguel Hernández no dejó nunca de escribir...

| etiquetas: cárcel , torrijos , nanas , miguel hernández , represión , guerra civil
  1. El edificio de al lado creo que aun conserva en el patio un mosaico de azulejos bastante grande con el pollo sobre la leyenda: "viva España".
    Y los curas no piensan quitarla pero tampoco renuncian al concierto.
    Vergüenza
  2. Serrat no pilló del todo la gracia del poema. Miguel Hernández escribe: "Ríete, niño,/ que te tragas la luna/ cuando es preciso." Y Serrat canta : "...que te traigo la luna". La imagen es la madre dándole al hijo medio aro de cebolla diciéndole que es la luna, que se va a comer la luna, y el niño ríe.
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menéame