Sin la Iglesia hubiera sido muy difícil que la Transición en España fuera tan pacífica y ejemplar", ha subrayado Casado. También ha criticado a los "progresistas" a los que "les preocupa lo que hizo la dictadura hace medio siglo" pero no hablan de la persecución y los asesinatos que sufren católicos y religiosos en todo el mundo en la actualidad.
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etiquetas: casado , iglesia , transición
Es que tiene cojones la cosa, creo que España fue el único país del mundo nacionalcatolico durante 40 años y ahora resulta que tenemos que "agradecer" algo a esta gente
Es que me cuesta entender a una mente tan brillante.
Viva el rey.
carreramarketingSi ese al que le gritaban "Tarancón al paredón"
Pues ese Tarancón tuvo la clarividencia democrática suficiente para denunciar al franquismo y defender la democracia.
Pero ya no hay obispos como él.
Te aseguro que el tema por parte mía se da por zanjado
Cárcel y requisación TOTAL de patrimonio incluso ya heredado a todos los franquistas y sus colaboradores! Ni perdón ni olvido!
cursóle regalaronSin la ayuda de la iglesia el ejemplo anterior no hubiera sido posible. Démosles las gracias.
youtu.be/uDup7ZI4v28
Yo opino que esto que ha dicho este tío lo ha dicho con toda la maldad del mundo.
Creo que es mejor fijarse en quien lo ha dicho y por qué, que fijarse en la tontería que ha dicho.
... porque tampoco habría habido golpe de estado, ni guerra civil, ni franquismo.
700 muertos pacífica????
"La llamada «Transición» no fue un proceso pacífico como se cree. Al contrario, fue un momento histórico de violencia extrema, cargado de muerte, como esta investigación demuestra con datos irrefutables. En La transición sangrienta, Sánchez Soler pone de manifiesto la política desarrollada en España desde los aparatos del estado en prisiones, comisarías y cuartelillos; la opresión generalizada, las conexiones de la guerra sucia y la dialéctica criminal emprendida por ETA, GRAPO y otros grupos. Terrorismo, represión y guerra sucia son los tres ejes coercitivos de la transición española, un período que propició el regreso a una legislación propia de la posguerra, con leyes penales especiales, mientras se implantaba una estrategia represiva y sistemática para controlar la calle. El resultado: más de seiscientos muertos.El silencio de la «Transición» oficial sobre esta cuestión supone, en la práctica, la continuación de la política de olvido aplicada a las víctimas de la guerra civil y la represión franquista. Este exhaustivo trabajo de investigación recorre ocho años de la historia reciente de España. Años en los que muertos y heridos se contaron por miles. Son la sangre real de la transición, su auténtico y elevado precio. Y es justo recordar que las víctimas de la violencia política mueren siempre dos veces: con su asesinato y con el olvido.
"
www.eldiario.es/zonacritica/Transicion-sangrienta_6_660443968.html
"La transición ocupa un lugar destacado en el imaginario español. Reverso positivo de la tragedia representada por la Guerra Civil, la transición se ha convertido en el mito fundacional de la nueva España que emergía del franquismo. Promocionada en el exterior como un modelo que emular, buena parte del mito se fundamenta en la idea de que estuvo exenta de violencia política, de que apenas hubo derramamiento de sangre. Pero ¿fue la transición tan pacífica como se pretende? A partir de una ingente cantidad de datos no publicados, este estudio definitivo desvela el ciclo de violencia que, lejos de ser culpa única y exclusivamente de ETA, cabe atribuir tanto a radicales de toda índole como a miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en ocasiones más partidarios de desatar la represión que de servir a la naciente democracia.
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