Esta problemática –la de los privilegios de las elites, la de la concentración del poder económico- supone un gran desafío para los partidos del cambio, que no pueden ignorar la deriva oligárquica (y autoritaria) de nuestras sociedades. Hay que actuar, con un planteamiento ambicioso, en el terreno de la fiscalidad. También, y aquí nos jugamos mucho, para debilitar el poder corporativo de las elites, verdadero lastre para la democracia y para un buen funcionamiento de la actividad económica.
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etiquetas: concentración , poder , es un cáncer , élites económicas , democracia
P.D. Quien me odia no son "las élites", sino el obrero de derechas que entró en la panadería diciendo que a todos los de podemos hay que matarlos.
¿y si simplemente pasamos de un señor feudal a otro?
Vasallos al fin y al cabo.
¿Cuales seran los valores reales, valores morales, intenciones, de esos otros señores feudales?
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¿Y si esto disuelve el valor de nuestras acciones en esta sociedad?