Que Alemania sea la que más apuesta por las energías renovables en Europa, no dice nada nuevo. No se puede negar el megaesfuerzo que ha realizado la locomotora alemana por desarrollar la fotovoltaica y la eólica en su país. Pero ese esfuerzo conlleva a la vez otro que es menos conocido y que deja en mal lugar a Alemania y a su canciller Merkel: el apoyo incondicional al carbón, más en concreto al lignito, uno de los minerales más contaminantes del planeta junto a la antracita, el otro tipo de carbón que se produce en el país.
|
etiquetas: renovables , alemania , carbón