Décadas de un sistema político clientelar y sectario han tenido como resultado un Estado débil, donde el cumplimiento de las funciones administrativas más elementales es un asunto secundario frente a lo que realmente importa: el reparto de los altos cargos y de los empleos públicos que arrastran consigo en favor de los intereses de grupos políticos y líderes corruptos. No existen los intereses nacionales, sólo los de aquellos que se turnan en el control de las instituciones del Estado.
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Lo nuestro es una democracia sana y mucho sana gracias a un rey ejemplar y a unos partidos mayoritarios mas ejemplares si cabe.
¿Un país podrido hasta la médula con una falsa transición?
La diferencia es que en otros países no se ponen caretas y aquí si.
No voy a negar algunas diferencias, pero el fondo de corrupción, clientelismo, censura, crímenes de estado....... es el mismo.
Ahí tienes el secuestro de "El jueves",los GAL, los robos de la familia real,padre e hija.....