Han pasado más de cuatro años y el catastrófico colapso de tres reactores nucleares en la central de Fukushima, iniciados por el maremoto que siguió a un enorme terremoto, no han causado ni una sola víctima por la radiación emitida. [...] El estrés causado por el terremoto, el tsunami y la masiva evacuación que se llevó a cabo en Japón aquellos días terribles de marzo de 2011 sí que tuvo consecuencias serias: más de 1.600 muertes sólo en la Prefectura de Fukushima.
|
etiquetas: fukushima , nuclear , catastrofe , estres
Merece la pena repetirlo, sobre todo recordando los titulares de aquellos días en los que se hablaba de apocalipsis nuclear y la gente en ciudades costeras españolas se preocupaba por los posibles efectos sobre ellos de una catástrofe que estaba ocurriendo en la otra punta del planeta: la radiación de Fukushima no ha matado a nadie cuatro años después. Es más; según un congreso de especialistas celebrado la pasada primavera ni siquiera se espera que sea detectable un aumento de los casos de cáncer entre los muchos miles de trabajadores que han pasado por la planta durante estos años ocupados en la estabilización y limpieza del desastre.
Todo esto cuando según las mediciones y análisis efectuados la dosis de radiación que habrían recibido estas personas de quedarse en sus casas equivaldría en los puntos más contaminados a un TAC de cuerpo entero al año, y a poco más del doble de la dosis natural en el resto del territorio: una cifra mínima.
En cambio el estrés del catastrofismo de aquellos días y la relocalización de la gente sí que parece pasar factura. La verdad, cuesta creerlo.
La próxima vez que no evacuen a nadie, y vemos cuales son las cifras que arroja el nuevo titular.
Si se hubiera podido hacer todo de forma rápida pero tranquila, sin catastrofismos, habría que ver cuanta de la gente que ha muerto en la "recolocación" seguiría viva.
Si se hubiera transmitido la idea de que no pasa nada, mucha gente no habría querido dejar sus hogares. Lo que habría dificultado la evacuación aumentando las muertes totales.
Querría verte yo a ti tomando tranquilamente un te con pastas a escasos kilómetros de una negligencia nuclear.
Puedes informarles de que hay que evacuar rápido, pero que cada día que pasen allí es como si les hicieran un TAC completo. Que un TAC al año no hace daño, pero que como se tiren una semana viviendo en su casa, que sí van a empezar a tener consecuencias graves.
Puedes informarles de que a X kilómetros de la zona no habrá problemas con la radiación, que podrán llevar una vida perfectamente normal.
Eso es lo que no se hizo.
Es como los técnicos jubilados que se ofrecieron a limpiar la central. Ellos estaban bien informados (fue su trabajo) y sabían que las consecuencias, si hubiera, no les llegarían a tiempo (que se morirían antes, vaya). Que mejor que limpiaran ellos antes que jovenes a los que sí podría alcanzarles el cáncer.
Si hay una negligencia nuclear cerca de mi casa, yo voy a salir cagando hostias.
Me viene bien que la gente esté tranquila en sus casas en vez de colapsando las carreteras, así que te apoyo en esto.
Conciudadanos: el miedo mata más que la radiación.
"Diez días después del accidente, en los ríos Manzanares y Jarama se detectaron dosis de hasta 10.000 veces la permitida. Y en Aranjuez la cifra se elevó a 75.000 veces la dosis permitida.'
elpais.com/m/diario/2006/04/30/madrid/1146396256_850215.html
O al menos esa es la conclusión que han sacado los expertos y que se cuenta en la noticia.