El Gobierno chino ha anunciado este domingo su intención de triplicar el número de patentes para 2020 como parte de la campaña para impulsar una economía basada en las nuevas tecnologías en áreas que van desde el ámbito rural hasta el farmacéutico
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Por otra parte, al menos desde los años 80, las empresas super-chupis americanas, japonesas y europeas sabían que llevar sus fábricas a China implicaba asociarse a un agente chino e ir cediendo tecnología. Es decir, esas eran las bases de los acuerdos, y por ejemplo, Apple sabía de sobra que con el tiempo les saldría competencia en China. ¿Acaso no les ha salido rentable explotar a los chinos y vendernos a todos sus productos durante estos años?
Lo que pasa es que el Partido Comunista de China ha tenido la cabeza suficientemente fría como para no echar el país por la ventana a cambio de cuatro sobornos por parte de las multinacionales (véase el caso de otros países en desarrollo que no acaban de arrancar), e ir asegurando que la inversión extranjera genere la llegada de tecnología y avances que contribuyan a mejorar el nivel de vida y, de ese modo, garantizar su legitimidad política de cara a unas cuantas décadas.