El jurado ha declarado culpable al agente de la Guardia Civil de Tráfico acusado de cometer diversas irregularidades para favorecer a una empresa de transporte propiedad de su esposa. Era el encargado del Centro Operativo de Tráfico de la Guardia Civil de Cantabria y ordenó en varias ocasiones a lo largo de 2014 y 2015 a patrullas de tráfico que realizaran movimientos tendentes a facilitar el paso de transportes especiales de la empresa de su mujer para la construcción del Centro Botín que carecían de la autorización preceptiva.
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Si hubiera puesto a su mujer como
portavozportavoza no hubiera pasado nada, y encima lo aclamarían como macho alfa.