Los socialdemócratas eran el recambio amable: cuando los partidos de la derecha se desgastaban, ellos exhibían su empatía para con los perdedores y lograban el poder. Realizaban promesas en la campaña que olvidaban una vez obtenido el triunfo, y eso pasaba factura entre su electorado. El cambio de actitud se limitó entonces a ser pragmáticos y realistas. La consecuencia es que les han pasado por todos lados: derecha, izquierda y centro. Pero lo que de verdad les ha minado es precisamente defraudar a los suyos por no hacer lo que les pedían.
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Todo en un intento de situar a Podemos en el terreno de “la nueva socialdemocracia” sacrificando la coherencia ideológica al objetivo táctico de atraerse a toda costa votos socialistas y así superar electoralmente ...
El sorpasso.
¿Qué pasó mientras se siguió la idea inicial con la que se creó Podemos?
¿Qué pasó cuando Pablito viró, llevado por su ego y querencia fetichista, hacia la izquierda más rancia y reaccionaria no socialdemócrata? Que se metió una ostia de 1 millón de votos en 6 meses.
Si la cagaron no fue por decirse socialdemócrata (como la mayoría de sus votantes) sino por abandonar sus posiciones más conciliadoras para hablarle a unos cuantos que estaban en una esquina del tablero.