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La increíble historia de la falsa Mona Lisa (y por qué si no es auténtica vale cientos de miles de dólares)

La Mona Lisa de Hekking es quizás la más famosa de las copias del cuadro de Da Vinci. Te contamos su historia y en qué radica su valor.

| etiquetas: mona lisa , mona lisa falsa , historia mona lisa
  1. Lo absurdo de este cuadro más bien vulgar es que las versiones que hizo el propio Leonardo, una de ellas en el Museo del Prado, pasan sin pena ni gloria. Es lo que tiene que el Louvre se haya encargado de un marketing desproporcionado durante décadas.
  2. #1 El gran marketing le llegó con el robo del cuadro. Por cierto, a ver si lo limpian de una buena vez, que lo tienen lleno de roña.
    Si alguien quiere ver lo que pintó realmente Leonardo, con sus muy vivos colores, tiene que ir al Museo del Prado, cuya copia es coetánea del original, hecha en el taller del maestro toscano y con correcciones del propio maestro. De hecho, tiene los mismos pentimenti, lo cual indica que se hizo de manera simultánea.
  3. #1 Salomon Reinach, célebre autor del Apolo, miembro del Institut de France, y profesor de la Escuela del Louvre, escribe sobre la Gioconda en la obra mencionada, pero sin los grandes aspavientos modernos que no parecen hacerle gracia alguna. Hago notar que su obra es anterior al robo. Cito de la primera edición española (1906, páginas 236, y 238-9):

    De las pinturas que subsisten de ese maestro, cuatro pueden ser consideradas como verdaderas obras maestras de primer orden, de las cuales tres pertenecen al Louvre: la Cena, pintada por Leonardo al óleo sobre el muro del refectorio de Santa María de las Gracias en Milán (1497), obra casi enteramente destruida, pero de la que se conocen unas veinte copias excelentes; la Virgen de las Rocas, pintada hacia 1483; la Virgen con Santa Ana, de 1502; y por último el célebre retrato de Mona Lisa Gioconda, la Joconda, ejecutada de 1502 a 1506. [...]

    Sólo en nuestros días se ha querido descubrir en la Joconda un carácter misterioso y romántico, una mirada de esfinge, una ironía desdeñosa, y mil cosas más en las que Leonardo no soñó al pintar ese retrato.
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