Uno de los asuntos políticamente más llamativos de las últimas décadas es el cambio climático. Los medios de comunicación difunden periódicamente noticias relacionadas con este tema, los expertos se reúnen y nos cuentan su opinión, describen posibles soluciones, y se organizan congresos promovidos por instituciones internacionales. Pero después está la realidad, que año tras año nos golpea recordándonos que el deterioro se hace mayor, que las medidas acordadas no se llevan a la práctica. ¿Por qué no se hace de verdad algo para detenerlo?
|
etiquetas: capitalismo , cambio climático , democracia , solucionismo
"Las cosas funcionan así: hay un problema, se detecta, se pone en la agenda, aparecen fuertes resistencias a aceptarlo que con el tiempo se van venciendo, y finalmente se genera un consenso respecto de la existencia del problema y la necesidad de arreglarlo. Una vez que eso ocurre, el problema se institucionaliza, aparecen los expertos, los congresos, las declaraciones de grandes instituciones, los planes de los políticos y las promesas electorales. Y, al final, aparece la realidad, esa que circula subterránea pero insistentemente, que produce que los cambios sean poco o nada relevantes."
No tenemos más que pensar en cómo se ha "reformado" desde 2008 el sistema financiero, por ejemplo.
No vas a ser rico.
Se acabó el sueño neoliberal.
Los votantes no quieren oír eso, prefieren votar al que les promete volver a hacer a su tierra feliz y próspera ("Make America great again") aunque sepan que es mentira; todo con tal de no ser responsables de haber decidido tomar el camino difícil.
Y así, por comodidad, se camina hacia la catástrofe, en lugar de prepararse para el futuro. Y la catástrofe llegará, y en ese momento ya habrá quien le eche la culpa a los "Demócratas" que no hicieron nada.