Hace 17 años, Reza Safari fue acusado de robo. El tribunal de la ciudad de Arak que declaró su culpabilidad le condenó a la amputación de sus dedos de la mano derecha. Ahora, este iraní de 43 años se ha convertido en el primer ciudadano que demanda a la República Islámica por aplicar la ‘Sharia’ (la ley islámica) en las cárceles. Y por haberle “convertido en un hombre discapacitado” para el resto de su vida.
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