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Conforme avanzaba la jornada se incrementaban las posibilidades de contagio. “Había una garrafa de agua para que bebiera toda la gente cuando se quedaban sin bebida y en la hora de la comida se formaban grupos de trabajadores que comían todos juntos”, apunta un empleado como otras de las prácticas aparentemente negligentes que ayudaron a la propagación del coronavirus entre la plantilla.
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etiquetas: totana , coronavirus 49 10 8 K 410
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Debió traerse a su hijo para que le dieran una paguita y terminar los estudios aquí
Espero que el crío esté aprovechando los estudios y que algún día pueda recompensar el esfuerzo de sus padres.
Eso por no hablar de la falta de medidas de la empresa, que también facilitaron el contagio.
Lo siento infinitamente por los compañeros contagiados, que tampoco tienen culpa de nada, y se ven con la necesidad de trabajar pero obligados a recluirse, y espero que la enfermedad sea leve en sus casos
#2 ¿Y a parte de la obligación de pagar facturas, tienes derecho a paro?
Para eso está la baja médica.
Y lo ha dicho en varias ocasiones: no puede perder un día de trabajo.
No es la medicación, es la comida, es la vivienda.
No puede dejar de trabajar porque si pierde esos días, no tiene opciones.
También más adelante habla un compañero de la cuadrilla con una enfermedad crónica que le convierte en paciente de riesgo. Espero que su hijo salve muchas vidas, porque igual le cuesta la suya a más de uno
La encargada de la cuadrilla de la ETT no informó al médico de la empresa ni separó a Isabel del resto de empleados.
Parece que también es probable que a Isabel se contagiara por las prácticas negligentes de su trabajo.
Cuando pongan la noticia del empleado de la ETT que miró para otro lado, me cargaré en sus muertos. De momento la que ha cometido la irresponsabilidad de la noticia es otra señora.
La señora también es una víctima porque en todo el artículo nadie dice que sea la paciente cero. Lo más probable es que la haya contagiado alguien en el trabajo
"“A Isabel la sacaban del trabajo porque le dolía todo el cuerpo y el lunes (4 de mayo) empezó a tener fiebre”, ejemplifica esta sudamericana. La encargada de la cuadrilla de la ETT no informó al médico de la empresa ni separó a Isabel del resto de empleados."
El miércoles 6 de mayo esta ecuatoriana amaneció tan mal que se fue directa a los servicios de urgencias: le dieron cita para el viernes en el Centro de Salud de Totana-Sur. Otra oportunidad para que el COVID-19 extendiera sus tentáculos por el municipio totanero y en la empresa: “Volví a casa y el jueves regresé a trabajar”
Es lo que pasa en este pais, politicos que no han currado en su vida haciendo leyes para gente que vive al dia, que podia salir mal...
No somos nada
trabajando por cuatro duros, jugandose la vida