Es curioso cómo en casi todas las democracias liberales en el último medio siglo se han ido estrechando los márgenes de la libertad (la de verdad, no la de que te paguen la concertada que elijas o le puedas tocar el culo a las secretarias), en un proceso bastante uniforme de creciente punitivismo legal. Los códigos penales se han ido ensanchando e incorporando nuevas prohibiciones, nuevos tipos delictivos y además, agravando las penas para los delitos clásicos, los relacionados con la violencia.
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En primer lugar mete la cuña política para hablar de "libertad de la buena, no la de elegir la concertada que quieras pagada por otros o de tocarle el culo a las secretarias" para acabar con un "podemos quitar los delitos de sedición y rebelión".
Por no mencionar el "Si pensáis en nuestras ficciones policiales de más éxito, series como CSI, Bones o El mentalista… incluso Expediente X, los agentes nunca detienen a sospechosos, atrapan culpables", que es mentira, puesto que al menos en CSI, los agentes siempre detienen e interrogan a sospechosos y normalmente al final dan con el culpable. Pero siempre detienen o interrogan a alguien injustamente. Y hablan de órdenes judiciales para poder hacer registros. Y hablan de juicios a algunos personajes, los más viscerales.
El problema del linchamiento colectivo y mediático para aumentar las penas viene de la propio mentalidad de gran parte de la sociedad, donde rápidamente se puede reaccionar con miedo a ciertos titulares que sacan, bien sea en los programas que indica, bien en algunas noticias, bien en las redes. Personalmente me parece que es responsabilidad de todos el no aterrorizarse y reaccionar sacando los aperos de labranza y las antorchas a la calle, por mucho que en los programas de la mañana repitan algún tema candente y coleccionen incidentes de ese tipo.