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El juez Castro, la infanta y una lección sobre ‘la casta’

Los folios del auto dictado por el juez José Castro no sólo obligan a la infanta Cristina a sentarse en el banquillo como presunta cooperadora necesaria en los delitos fiscales de su marido. No sólo obligan a que un tribunal resuelva si la infanta cometió un doble delito fiscal o si fue partícipe a título lucrativo. El auto es una lección de ejemplaridad, de moralidad pública y la enésima luz de alarma para quienes siguen sin entender por qué ha echado raíces en la ciudadanía la denuncia contra unas élites que algunos apodan casta...

| etiquetas: castro , infanta , cristina , lección , casta , cívico
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  1. Una demostración más de que la casta es muy "Real".
    Y la sentencia demostrará su nivel de poder y desvergüenza
  2. Muy interesante: Un auto del mismo juez de fecha 3 de abril de 2013, y también el que firmó la sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca dándole la razón el 7 de noviembre pasado deberían ser de obligatoria lectura para todos aquellos políticos y tertulianos empeñados en manipular el derecho a la presunción de inocencia. Tanto uno como otro establecen sin margen de duda razonable lo que significa la imputación, y los rasgos que la definen más bien como una presunción de posible culpabilidad.
  3. El artículo al fin y al cabo nos viene a decir que en España no existe separación de poderes tanto la "Doctrina Botín" en un momento determinado salió adelante. Que el juez Castro haya podido ser independiente da en la nariz a que es la excepción en la regla, su cercania a la jubilación le da una facilidad mayor de independencia. Por que también tuvimos el "Caso Atutxa" donde su misma "Doctrina Botín" se la pasaron por el arco del triunfo para ir a por quien fueron.
    Ambos casos "Botín" y "Atutxa" dan a entender como la "Casta" en su variante política, mueve los hilos de la judicatura para hacer y deshacer a su antojo y "magrear" la democracia a su gusto.
    Todos estos, sobre La Casta, no me cabe la menor duda y a los hechos históricos me remito, no tendrán pudor ninguno dado el momento en el que no puedan "follarse" al gusto a la democracía, cuando esta no se deje, la "violarán" tal y como lo han hecho en anteriores ocasiones, utilizando el eufemismo de "Alzamiento Nacional". Cuando lo que ocurrió, fue un Golpe de Estado.
  4. ¿ Qué ejemplo de moralidad hay, si por ser infanta ya le quitan el delito de blanqueo de capitales ? Si hubiera justicia, la tratarían como cualquier otra delincuente que se dedica al desfalco, al blanqueo y a estafar a hacienda: operación policial, captura por sorpresa, requisar todos los documentos y se pasa uno o dos días en el calabozo mientras la policía recopila la información. Y el fiscal, por supuesto, trabajando para que se haga justicia y nadie haciendo lo posible por quitarle delitos y mucho menos tratándola mejor que al resto de delincuentes, por ejemplo Ana María Tejeiro.
    Por favor, un poco de sentido común, que es gratis.
  5. Del artículo:

    Los voceros que no se cansan de justificar lo injustificable aplicarán al juez Castro (también) el adjetivo de demagogo cuando constata en ese mismo folio de su auto: “ante un determinado volumen de evasión fiscal, el Gobierno de turno, que ve disminuidos sus ingresos, efectúa una automática compensación recortando los servicios públicos, aumentando la presión fiscal o, lo que es más frecuente, ambas cosas a la vez”. ¿Acaso existe una causa más sólida para la acusación popular que la defensa de los intereses de los ciudadanos que sufren las consecuencias del fraude fiscal? Por si fuera escaso el fundamento, Castro refleja una cita del Supremo al considerar que, cuando se trata de perseguir a presuntos defraudadores, la Acusación Popular, sea quien sea, está ejerciendo además su derecho como contribuyente individual.
    Que la fiscalía o la abogacía del Estado o la propia Agencia Tributaria hayan defendido con más empeño a una infanta o a un Botín que el interés de los ciudadanos es algo más que un indicio de la existencia de élites privilegiadas que manipulan las herramientas democráticas para mantener sus intereses. Lo cual no justifica la generalización imprecisa de ‘la casta’ o su definición de supuestamente intocable. El juez Castro lo ha demostrado. Se puede llevar al banquillo a la hija del rey.
  6. El otro día discutía con mi esposa a raiz del mitin de Podemos en Barcelona: "Qué pesado es Pablo Iglesias con lo de la casta"

    Si. Puede sonar a impostura, a coletilla manida (coletilla, je, je). Pero es cierto, se comportan como una élite intocable, una casta de privilegiados a los que hay que perdonar sus fechorías, regalar sus privilegios y obedecer sus dictados.

    "Lo siento cariño", le dije, "son casta y así hay que llamarles."
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