Un delfín en cautiverio no puede ser feliz. Separados de su familia, encerrados en tanques hasta 200.000 veces más pequeños que su hábitat natural y sin otra opción que participar en espectáculos a cambio de comida, los delfines son sometidos a un estrés que los lleva a autolesionarse y a experimentar una vida entera de sufrimiento. Tú puedes terminar con el sufrimiento de los delfines, firma la petición
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