Los incidentes tras la detención de los dos policías que agredieron a un vecino y su hija menor hablan menos del caso en sí que de un municipio empobrecido por la desindustrialización y el abandono institucional
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Muchas ganas de difuminar responsabilidades veo yo.... No que a los linarenses no les dé la gana aguantar abusos policiales, es que están muy "abandonitos", porque cómo va a haber alguien que no ame a esta maravillosa policía, por favor, algo tiene que haber.... Cinismo vomitivo.