Con el fichaje de Vicenç Navarro y Juan Torres para la elaboración de su programa económico, Podemos ha optado por la fórmula neokeynesiana del crecimiento sin límites y se ha asegurado, de este modo, el apoyo de una mayoría social. Las propuestas de los dos intelectuales quedarán demasiado cortas y dada su formación clásica, no aceptarán nunca que el mundo tiene límites y centrarán su discurso en redistribuir, basándose sobre todo en aquello con lo que se crece, sin ver ni querer entender que el mundo está abocado a un decrecimiento prolongado
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En mi opinión se tienen que crecer pero consumiendo menos recursos, es decir ganar en eficiencia.
Primero. Obligar a través una legislación fuerte y de ineludible acatamiento, que todas aquellas empresas que produzcan en España, además de las que vienen a vender, que únicamente puedan ejercer sus actividades económicas si los productos que comercializan realmente cumplen con las tres “r” mencionadas. Esto por supuesto también supondría un cambio en la publicidad híper consumista a la que hoy en día estamos acostumbrados. Las empresas del sector terciario también deberían cumplir con estos objetivos en cuanto a las actividades o servicios que ofrecen.
Segundo. Una constante campaña de sensibilización ciudadana a través de los diferentes medios de comunicación, de los problemas sociales y ambientales que está atrayendo consigo el súper consumismo que hoy en día ejercemos, y por el contrario concienciar a la gente de la innecesidad de cambiar de coche, móvil, tele o demás objetos cada año o pocos años. Educar a la población de la posibilidad de encontrar la satisfacción y la felicidad en otras acciones que no supongan únicamente la compra compulsiva de objetivos carentes de un valor real. Recomendaciones y tutoriales de cómo llevar cabo las “N” en nuestras vida diarias. Y promocionar también la venta de segunda mano y el comercio justo.
Tercero. Establecimiento y ampliación de un sistema de recogida y selección de basura profesional. Contenedores exclusivos para plástico, papel, latas y metal, productos contaminante (pilas, baterías) y restos orgánicos. Inversión en maquinaria, contenedores y camiones. En un principio puede suponer un coste económico, pero con el tiempo daría sus propios beneficios, no solo ecológicos, sino… » ver todo el comentario
no tu,
no, tu, tonta,
no, tu...
En esta línea en los años 60 muchas personas estaban convencidas de que era el fin y ya no habría más pájaros, ni peces, por los pesticidas, y la situación se recondujo y mejoró en ciertas partes del mundo, mientras que otras están pasando ahora mismo por ese proceso. Y obviamente el consumismo tal y como se entiende ahora tiene los días contados, pero se pueden "consumir" otras muchas cosas, que apenas impliquen un gasto material o energético, al tiempo que se profundiza en la eficiencia, reciclaje, etc. No sé, se ha repetido taantas veces lo de "es el fin" que es como lo de Pedro y el Lobo, cuesta creerse que esta vez es la buena. ¿Que hay que cambiar muchas cosas? Pues sí, pero no creo que la manera de hacerlo sea profetizar una catástrofe, casi mejor apostar por alentar a los demás a mejorar y buscar alternativas, en lugar de amenazarles con el fuego del infierno si no hacen lo que tú les dices...