Oficinas cerradas, teléfonos que nunca contestan, webs fuera de juego... el colapso del SEPE vuelve a mostrar la deriva digital de parte de la administración pública española
Y a pesar del desastre en el que nos han metido nuestros “gestores”, todavía quedan ciudadanos pidiendo a gritos que se les vuelva a confinar.
Algunos definitivamente viven en los mundos de yupi.
#1 si cuento mi caso habrá gente que alucinará, durante el estado de alarma mi empresa podía ver el estado de mi baja médica en los sistemas del INSS.. ahora tengo que volver a recoger el papelito a mi CAP y escanearlo para mandarselo por que según me ha informado el equipo de RRHH ya no tienen acceso... se van dando pasos para adelante y para detrás...
#1 Si quieres que los políticos no necesiten votantes deberías promover el voto electrónico.
Como informático te digo que es una muy mala idea. Una votación analógica la puede auditar cualquier persona, hasta un niño si se lo explicas y es responsable. El voto electrónico sólo lo puede auditar unas muy pocas personas. Sería el gobierno de quienes elijan esas personas.
#4 igual, yo he podido tramitar varias cosas con la cl@ve permanente. Ahora no me funciona porque dicen que no me he pasado por una oficina de la TGSS para validarla.
Esto me recuerda a la película de Ken Loach "Yo, Daniel Blake" en el que el protagonista -un hombre ya mayor y en paro- es mareado inmisericordemente cada vez que se acerca a la oficina de empleo. Que si no pidió cita, que su asistente está de vacaciones y no hay sustituto, que si le penalizan por retrasos, que si los teléfonos a los que llama solo tienen mensajes pregrabados y nunca están disponibles.... El hombre se cabrea y les hace una pintada en la fachada diciendo que está hasta los huevos y viene la poli y le pone otra multa.
Al final, la precarización de los servicios de atención al ciudadano hace que pasen estas cosas. Se confía todo a un automatismo deshumanizador que además de no funcionar como debería provoca en ocasiones problemas burocraticos de difícil solución en los que el contribuyente está totalmente vendido.
Algunos definitivamente viven en los mundos de yupi.
Como informático te digo que es una muy mala idea. Una votación analógica la puede auditar cualquier persona, hasta un niño si se lo explicas y es responsable. El voto electrónico sólo lo puede auditar unas muy pocas personas. Sería el gobierno de quienes elijan esas personas.
Mientras no les falten a ellos sus chiringuitos y mamandurrias...
Al final, la precarización de los servicios de atención al ciudadano hace que pasen estas cosas. Se confía todo a un automatismo deshumanizador que además de no funcionar como debería provoca en ocasiones problemas burocraticos de difícil solución en los que el contribuyente está totalmente vendido.