Hace 20 años saqué de allí a un chaval de Zaragoza que iba con zapatillas deportivas de ciudad. Su compañero se había matado. No tengo ni idea de como pudieron llegar hasta allí sin conocimientos ni equipo. El chico, en shock, solo se preguntaba como se lo iba a decir a la madre de su amigo.
Para mí es una de las rutas más complicadas de la bal de benas, la de los 15 gendarmes. Hay que subir 1000 m con todo el material y 500 más de cresta de IV V grado.
Éramos tres los que hacíamos la ruta. Cuando lo encontramos no tuvimos duda de que no podíamos hacer nada por el compañero, aunque no lo veíamos. Encordamos al chico, llegamos más o menos hasta el centro de la cresta, que era más fácil de descender, rapeló uno de nosotros, descolgamos al chico (él llevaba mi arnés y yo me despellejé las manos y el cuello porque bajé al estilo Comici). Uno de nosotros se fue corriendo a buscar ayuda (no había móviles), otro se quedó con el chico y yo me fui a buscar al caído.
Lo encontré al cabo de dos horas, tenía la frente destrozada, era mucho más grande que yo. Iba con playeras en plan dominguero total. Nunca me había gustado mucho la Guardia Civil, pero cuando llegaron con el helicóptero y vi como se comportaban de manera absolutamente profesional, me sentí orgulloso de ellos.
Ahora mi hijo mayor tiene la edad de aquellos chicos. Le encanta escalar, pero le obligo a hacer grandes inversiones en material y en cursos. Probablemente me salvaron, porque desde entonces fui mucho más prudente.
Hace 20 años saqué de allí a un chaval de Zaragoza que iba con zapatillas deportivas de ciudad. Su compañero se había matado. No tengo ni idea de como pudieron llegar hasta allí sin conocimientos ni equipo. El chico, en shock, solo se preguntaba como se lo iba a decir a la madre de su amigo.
Éramos tres los que hacíamos la ruta. Cuando lo encontramos no tuvimos duda de que no podíamos hacer nada por el compañero, aunque no lo veíamos. Encordamos al chico, llegamos más o menos hasta el centro de la cresta, que era más fácil de descender, rapeló uno de nosotros, descolgamos al chico (él llevaba mi arnés y yo me despellejé las manos y el cuello porque bajé al estilo Comici). Uno de nosotros se fue corriendo a buscar ayuda (no había móviles), otro se quedó con el chico y yo me fui a buscar al caído.
Lo encontré al cabo de dos horas, tenía la frente destrozada, era mucho más grande que yo. Iba con playeras en plan dominguero total. Nunca me había gustado mucho la Guardia Civil, pero cuando llegaron con el helicóptero y vi como se comportaban de manera absolutamente profesional, me sentí orgulloso de ellos.
Ahora mi hijo mayor tiene la edad de aquellos chicos. Le encanta escalar, pero le obligo a hacer grandes inversiones en material y en cursos. Probablemente me salvaron, porque desde entonces fui mucho más prudente.
pirineodeluis.blogspot.com.es/2015/08/cresta-de-los-15-gendarmes-de-al