El magnate del petróleo Nelson Bunker Hunt, considerado en una ocasión como el hombre más rico del mundo, ha fallecido este martes a los 88 años de edad en la ciudad de Dallas, en el estado estadounidense de Texas, tras luchar varios años contra la demencia y el cáncer. Había heredado de su padre una fortuna en petróleo y trató, luego, de monopolizar el mercado de la plata, solo para ver una caída estrepitosa del valor del metal que le costó US$1.000 millones en un día.
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Esto es lo único que pone en la noticia (nada que ver con lo de la plata):
El magnate del petróleo Nelson Bunker Hunt, considerado en una ocasión como el hombre más rico del mundo, ha fallecido este martes a los 88 años de edad en la ciudad de Dallas, en el estado estadounidense de Texas, tras luchar varios años contra la demencia y el cáncer.
Hunt, nacido en El Dorado, Arkansas, el 22 de febrero de 1926, fue uno de los siete hijos de la primera familia de HL Hunt, uno de los pioneros del primer 'boom' petrolero de Texas, quien tuvo relaciones con otras dos mujeres, con las que tuvo ocho hijos.
A diferencia de su padre, el magnate del petróleo intentó expandir el negocio fuera de las fronteras de Estados Unidos en la década de 1950. Así, tras fracasar en Pakistán y Arabia Saudí, consiguió controlar una inmensa cantidad de terreno en Libia, que explotó hasta convertirse en el hombre más rico del mundo.
Su fortuna llegó a alcanzar los 16.000 millones de dólares. Sin embargo, la llegada al poder de Muamar Gadafi, que derrocó al rey de Libia en 1969, trastocó sus planes y en 1973 el mandatario nacionalizó las operaciones de la empresa de Hunt en este país.
Hunt y su esposa, Caroline, con quien tuvo cuatro hijos, vivieron sus últimos años de vida en una casa relativamente modesta en la ciudad de Dallas.