Por voluntad de su padre, la fallecida fue exhibida en su ataúd como si fuese un chico, para sorpresa de muchos de sus amigos y seres queridos. Un nuevo y triste ejemplo de la falta de sensibilidad hacia una realidad, la de las personas transexuales, sin duda el grupo más vulnerable del colectivo LGTB (...) Stacy Dee Hudson hizo pública su indignación a través de su perfil en Facebook. “Estoy asqueada (…) Le cortaron el pelo, le pusieron un traje. ¿Cómo la pueden enterrar como Geoff si ella cambió su nombre legalmente?"
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Si hizo esto con su hija muerta, que no haría en vida.
En cierto sentido es decir que ese hombre no quería a su hija, sino a un personaje imaginario que el prefería antes que a la persona real.
Ciertamente una vez muerto nada te importa. Pero seguro que en vida todo eso si que le importó. Esa es la cuestión, y no el sufrimiento que tenga un cadáver, que obviamente es ninguno.
Los entierros son para enterrar a la persona fallecida. Si la familia quiere enterrar a otra persona, que entierre a un maniquí, pero que no modifiquen al fallecido para que se adapte a la persona que ellos quieren enterrar.
Por otro lado las familias están formadas por muchas personas y es probable que algunos miembros de la familia realmente quisiesen a esa mujer, y no a un hombre imaginario que no era.