También los movimientos sociales asturianos vivieron su propio caso de infiltración y espionaje, un tipo de operación policial que en teoría debería estar reservado exclusivamente para organizaciones terroristas, mafias, redes de narcotraficantes y otros grupos de probada peligrosidad. Participó en los disturbios de la contracumbre del Banco Mundial en 2001, y testificó como policía nacional en el juicio a Cándido y Morala.
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Para quienes pudieron sentirse cercanos a él, ya como amigos, o ya con una relación más entregada como puede ser una relación sentimental, la traición debe ser considerada un delito, es humillante aparte de una situación de abuso…aparte también quedaría su implicación en promover altercados, que para calmar los ánimos no creo que estuviera.
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