Una noche de sábado, a finales de los 90, estaba de copas con amigos por la zona de Malasaña cuando surgió la ocasión de follar con una chica con la que andaba medio liado y que estaba sola en casa. Los amigos son para siempre, por eso es perfectamente legítimo dejarlos de lado cuando surge la ocasión de echar un polvo.
|
etiquetas: manuel , eva , blanco , tierra-tragame
Qué grande este tío.
- Birrébano... Claro hombre, oye y como se llama la chavala?
- Isabel- (el conductor baja el parasol de la grua y enseña una foto de una chica)
- Yo vivo ahí. Es mi hija.
Encima apagando la luz para pensar que tenías una Benelli
Me ha hecho gracia el razonamiento de "Los amigos son para siempre, por eso es perfectamente legítimo dejarlos de lado cuando surge la ocasión de echar un polvo". Todos conocemos al colega que se fue a echar un polvo y no volvió hasta después de 4 meses que le dejó la novia.
A pesar de ser algo "curioso", no veo la noticia por ninguna parte.
A mi lo que pasa que no me creo la historia, no que no haya pasado sino como ha pasado
O algo asi era
Manolo tiene la primera cena con la familia de su novia; antes de pasa por una farmacia: - Oiga me da un preservativo, porque esta noche tengo la cena con la familia de mi novia, después de tres meses de salir con ella, y después de la cena, a ver si cae.
El farmacéutico va a buscar el preservativo, pero Manolo lo piensa mejo y dice: - mejor me pone dos porque esta chica tiene una hermana que no está nada mal e igual cae también.
El farmacéutico regresa por otro preservativo y Manolo dice: - Bueno, mejor me va usted a dar tres porque la madre es una cachonda que pone los cuernos a su marido y ya metidos en harina...
Llega la hora de la cena y aquí tenemos al Manolo comiendo sin quitarse la gabardina, con el cuello subido y la cabeza agachada. Al acabar, cuando han salido de la casa, va la chica y le dice: - ¡Manolo, no sabía que eras tan tímido! - Ni yo que tu padre era farmacéutico
Y digo a modo personal, porque no se trata de que piense que debe o no debe decir, quejarse, o lo que sea, simplemente no lo comparto.