El número de rusos que lamentan la caída de la Unión Soviética ha aumentado a sus máximos desde 2005, ante un incremento de las preocupaciones por la economía y la nostalgia por el sistema de bienestar soviético, dijo el miércoles la encuestadora Levada.
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En fin, por resumir esa nostalgia que alguien sinceramente puede sentir hacia la URSS (o el franquismo, si se me apura): la sensación de estabilidad vital.
Eso al margen de la política y de las putadas que pudieran darse. Y, con todo, la URSS se alargó una década más ue el franquismo, de modo que aún más gente nostálgica habrá de eso.
Excluyo en mi reflexión a los que añoran esas épocas porque eran muy fachas o porque le lamían el ano al Soviet Supremo. Hablo de la gente alejada de la política, la que se limitaba a vivir.
Con la singularidad de que la mayor parte de ambos grupos no vivió la época que le genera nostalgia.
Eso sí, a potencial dañino yo creo que ganan los nostálgicos de los 80.