El estado de Ohio, USA, ha declarado necesario el consentimiento paterno para abortar. En los casos donde la madre no esté segura de quien es el padre de la criatura, deberá suministrar una lista con los posibles candidatos y el estado se encargará de hacer los test necesarios para encontrar al padre. De no encontrarse al padre y no obtener su consentimiento, la madre no padrá abortar.
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Eso, o se pueden meter una percha y así podemos viajar 100 años atrás en la historia.
PD: Acabo de leer que simular ser el padre puede llevar a consecuencias penales, pero no veo como iban a comprobarlo una vez está hecho.
"Since fathers will have legal responsibilities for child support, they should have rights regarding the birth or destruction of the foetus"
Y punto.
La madre, como el padre, son los dos bien conscientes cuando follan, pues eso.
Ganas de tocar los huevos sin efecto práctico ninguno. Roe contra Wade sigue y seguirá marcando la línea sobre el tema, les guste o no.
Pero por otra parte esta ley de Ohio me parece una aberración patriarcal que relega a la mujer como máquina de traer hijos al mundo ¿Quién es un tío para obligar a una tía a que esté embarazada? ¿Y si la viola también le tiene que pedir permiso? Si un hombre quiere ser padre que se asegure que la mujer también quiera ser madre, de lo contrario me parece que es tratarla de esclava.
#9 Ese comentario tiene una óptica bastante antropocentrista, el hombre tiene (o debería tener) dos opciones, ser padre o darse el piro. Pero es que la mujer tiene tres, quedarse embarazada, ser madre o no tenerlo. Un hombre no puede obligar a una mujer a pasar un embarazo y un parto por mucho que él se haga cargo, a lo mejor es que ella no es que no solo quiera tenerlo, es que también pasa de que se le ensanchen las caderas.
Tener un ADN único no te hace ni más persona ni más humano, ni más hijo de Dios. Usted proyecta sus supersticiones en la ciencia, pretendiendo que ésta las avala. Y no, la ciencia no avala esas chorradas del alma y el ADN. Si me trasplantan un órgano es obvio que el nuevo ADN no duplica mi personalidad, ni mi valor como persona pasa a ser el doble. ¿O ahora va a resultar que Dios se dedica principalmente a la recombinación genética? Además, y dado que cada padre aporta la mitad de la información, cada uno de ellos ha aportado la mitad de su alma, y por tanto le pertenece la mitad del niño.
De risa, vamos.
El problema es considerar que un simple código genético es una persona, tal y como hace usted en su mensaje. Un ADN no es eso. Ni lo es una mórula. Ni lo es un puñado de células que sólo en la imaginación de quien lo piensa son una persona que de repente desaparece de un futuro que sólo su mente ha imaginado. Usted ha identificado la palabra persona con el ADN que se convertirá una persona. En resumen, es lo mismo que el alma, pero desprovista de ropajes teológicos y conservando intacta la estructura finalista y esencialista de la realidad, que percibe intenciones a la naturaleza y le atribuye propiedades que, en realidad, no están en ella sino en la conciencia de quien piensa. Usted utiliza un descubrimiento científico (la existencia del ADN) para defender una postura en esencia precientífica.
Tal vez así, explicado de manera abstracta, entienda que la postura del antiabortismo absoluto a-toda-costa que propugna la Iglesia (y por lo que veo, usted) en realidad hunde sus raíces en una teoría errónea y descartada por la ciencia moderna. La misma, por cierto, que tiene el mérito de haber descubierto la existencia y el funcionamiento básico del ADN.
El ADN es, como mucho, marca de individuación, o prueba de la misma, o condición de existencia, pero no sirve para definir qué es un ser humano. El ADN es una evidencia científica que la superstición emplea de manera impropia para sotener afirmaciones no demostrables, tal y como hace el reiki con la mecánica cuántica para ilustrar los más variados disparates, o las matronas con las mareas para justificar una inexistente relación entre los partos y las fases lunares. La idea de que un embrión fecundado es un ser humano procede del pensamiento mágico, tal y como le explico en mi comentario anterior: es una idea que habita en la imaginación de quien lo piensa, como tantas otras ideas que tenemos como reales y no lo son.