¿Se puede ir a votar sin saber si ese voto puede servir para una cosa o para su contraria? No se debería, pero me temo que se puede. Degenerando, degenerando, a fuerza de confundir fidelidad con incondicionalidad, hemos llegado al voto a ciegas. Votar sin saber para qué votamos.
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Quizá lo peor no es votar a ciegas sino votar a quien ya tiene hecho el traje de madera y concertado el responso. Votar al PSOE es sin duda tirar el voto en un saco que no sabemos quién portará.