La vicepresidenta segunda -que ya ha puesto en marcha su movimiento Sumar-ha optado por no valorar la salida del líder del PCE, Enrique Santiago, como secretario de Estado para la Agenda 2030, y le ha deseado la «mejor de las suertes», al igual que a la titular de Derechos Sociales, Ione Belarra, tras la remodelación efectuada en el seno de su departamento.
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Si tu ideología no te deja ver que ojalá hubiera más políticos como ella, es que te da igual la política....
Tu bola de cristal lo predice?
Si ves la carrera política de esta señora habrás visto que se ha ido valiendo de la coalición de turno para conseguir un escaño, y cuando ya ha llegado allí, hasta luego a sus compañeros de viaje. Lo está haciendo con Podemos y lo hizo antes en Galicia con Anova.
Ha prometido mucho más de lo que ha conseguido aunque luego vende como si hubiera conseguido más de lo prometido.
Pero mira, hasta ahí es como cualquier otro político. Ahora, por donde no paso es por su ideología neofeminista. Es evidente que todo lo que hace y, sobre todo, lo que dice, está bajo su ideología de género. Estoy un poco cansado de las mentiras y medias verdades del discurso neofeminista que esta señora defiende, pero es que además va dos o tres pasos más allá, cuando ella defiende lo de que los sueldos deben ser iguales si se hacen trabajos de igual valor.
Es decir, el ejemplo que ella puso, que dijo que los hombres cobraban más en el sector de la limpieza que las mujeres, y que eso no podía ser. A mí, que trabajé brevemente pero lo suficiente como para saber de qué hablo, esas palabras me tocan lo que no debería tocarme sin mi consentimiento.
Cuando sabes que, sí, las mujeres de media puede que cobren menos, pero también están en trabajos que, si bien la limpieza nunca es sector agradable, al menos suele ser a cubierto, los hombres, como yo, te puedes pasar la jornada en exteriores, llueva o haga sol, limpiando cristales, sea a nivel suelo, escaleras o colgado de un arnés (esto último no lo hice, pero sí otras cosas equivalentes en peligrosidad).
Pero para la señora Díaz le parece que es exactamente lo mismo limpiar los ventanales desde dentro o desde fuera, por tanto mismo sueldo. Pero curiosamente las mujeres no suelen querer ir fuera.
Alguien que piense eso (y si lo piensa para eso, lo pensará para todo lo demás, es decir, da lo mismo barrer calles que ir detrás en el camión de la basura) no merece mi consideración como político válido, porque o desconoce la realidad, lo cual es malo, o la conoce pero le da igual y quiere imponer su ideología en pro de la desigualdad real, lo cual es peor. De hecho, me inclino a pensar que es más bien lo segundo, lo que a su vez me lleva a pensar que esta señora es misándrica.
Pero… » ver todo el comentario