Pese a la creciente indignación social con el tema de la corrupción, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Felipe González coinciden en lo básico: puede haber imputados en las listas en tanto y cuanto no haya apertura de juicio oral. Son meros matices. Para algunos, es un paso atrás en la lucha global contra la corrupción en la política.
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Sus socios empresariales, "compañeros" del partido aceptan esto como un mal menor, puesto que si les abandonasen a su suerte podrían tratar de minimizar su condena o vengarse delatando al resto de compinches y a la organización misma.
Los administradores de la empresa les protegen, no por compañerismo, sino para mantener el negocio minimizando pérdidas. No saben que un delincuente cobarde nunca delatará a todo el mundo, sino que conservará la esperanza de no estar peor. Para mantenerles en tensión basta con enviar un sms de vez en cuando o un crisma por navidad a la familia para ver si siguen bien.
¿Ambos haciendo caso a Felipe González y sus declaraciones del fin de semana?
Propongo que creen el PIPB, "partido de imputados procedente del bipartidismo". Cuando se tornen en investigados, seguirá valiendo el acrónimo, y además se podría ver el tirón real de votos que tienen los impustigados estos.