La experiencia estuvo llena de momentos que nunca ves en Instagram: ser violadas repetidamente por extraños. Durante las 10 horas que estuve informando, me sobaron 22 veces. De las 54 mujeres jóvenes que hablaron para este artículo durante el evento de fin de semana, todas tenían una historia de acoso sexual o acoso que ocurrió este año en Coachella. Muchas de estas historias revelan patrones de acosadores de comportamiento depredador exhibidos a lo largo del festival, y muchos de los informes que recavé suenan casi exactamente iguales.
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Y dejé de leer.
A lo mejor todas esas cosas que al parecer no hace nadie las debe de hacer un sólo hombre misterioso con el superpoder de acosar a multitud de mujeres simultáneamente en todo el mundo. ¡El Papá Noel del abuso sexual!
Evidentemente un poco más tarde me di cuenta de lo estúpido que era. No lo justifico y supongo que hay formas de educar para que no pase.
En el caso de estos yankis me llama la atención que tengan tan normalizado eso del grinding, donde no hay penetración porque llevan pantalón, pero si lo pones en otro contexto les parece una violación. Quizás tanto grinding les hace ver a los chicos que en cualquier situación pueden abordar a una chica y manosearla, quién sabe. Honestamente no entiendo ese baile.