A finales de los años 70, el artista y referente queer sevillano Ocaña recrea la procesión de La Macarena en el centro de Barcelona. No le faltaba un perejil: sus nazarenos, su palio y su buena saeta cantada por él mismo. Salía a flote, a la luz, a la modernidad de la época, una realidad histórica, de las que de verdad importan, de la cotidianidad: el fervor a la Semana Santa de las disidencias. Donde muchos vieron en la época, y aún hoy en los comentarios del vídeo de YouTube de la pieza se puede apreciar, una burla, una crítica al sentimiento
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etiquetas: semana santa , lgtbi , cofradías , visibilidad
Os respondo ya: las cofradías y hermandades en Andalucía trascienden los divino y operan mucho en lo terrenal. Conozco incontables laicos que si participan de los festejos populares aunque tengan poco o nada de creyentes. Yo mismo siendo agnóstico tengo que valorar sin duda alguna la labor de dichas hermandades creando comedores sociales, repartiendo comida, ropa o asesoramiento legal incluso (desahucios y similares).
Por eso el colectivo LGTBI quiere ser aceptado en círculos donde ya existen pero no constan. Igual que todas esas mujeres que exigieron durante décadas ser aceptadas en círculos exclusivamente de hombres y en muchos casos lo consiguieron. Estas igualdades no se consiguen desde fuera, sino desde dentro, poco a poco, normalizando una situación y visibilizándola.
Por cierto, conozco a las personas entrevistadas, al menos a una de ellas. Os puedo decir que podrá ser cualquier cosa, pero nunca una estúpida, una fanática o alguien ciego de fe que antepone una cosa a otra. Simplemente quieren apertura, como siempre se ha hecho. Pero desde dentro.
Por cierto, a ver cuando los de pox proponen hacer la semana santa en el extrarradio para no molestar a los vecinos.
Que los gays se metiesen a arreglar cristos cuando era uno de los pocos espacios en que un hombre podia manifestar cierto tipo de sensibilidad era normal. Que sigan empeñados ahora cuando pueden manifiestarse como quieran en un monton de sitios no lo entiendo. Lo mismo me vale para las mujeres que quieren ser costaleras: ¡son unos machistas rancios perpetuando la importancia de la religion en la sociedad, que se vayan a la mierda!
Verás, que no tengo que justificarlas de ninguna manera, no pertenezco a ese mundo, pero los créditos se dan cuando se tienen.
Y hablo de hermandades, podría hablar también de la labor de los conventos cercanos pero eso es otro tema.
Curioso.
Me parece algo anacrónico. En mi opinión hoy por hoy hay suficiente información, y libertad, como para no tener que jugar la carta del agnosticismo. Pero tambian puedo estar perfectamente equivocado. Un saludo.