La Agencia Internacional de Energía (AIE) hace su advertencia más dura hasta la fecha: la explotación de gas y petróleo, así como su producción, deberá detenerse cuanto antes y las centrales eléctricas de carbón deberán cerrar antes de 2030. Es la forma, según este organismo, de limitar el calentamiento global y cumplir con el objetivo de neutralidad climática para 2050 que tanto se está estableciendo por parte de gobiernos y empresas a nivel mundial.