Con razón un atento observador e inversor internacional afirmó, tras unas estruendosas carcajadas, “Spain is becoming my favourite Banana Republic”, algo así como “España se está convirtiendo en mi República Bananera favorita”. Yo simplemente le comenté que no éramos una República sino una Monarquía, a lo que él respondió, “No problem, Spain is becoming my favourite Banana Monarchy”.