Se nos ha enseñado a ser pasivos y reaccionarios a la amoral y progresiva cultura global, que desvergonzadamente se refugia bajo términos como libertad de expresión. [...] De la misma forma que anteriormente la división que se dio entre Oriente y Occidente fue el marco, ahora lo sería el islámico, barbárico , terrorista y misógeno Oriente contra el civilizado, iluminado, libre y liberador de las mujeres Occidente.