La cruz del monasterio de Sant Cugat del Vallès ha sufrido importantes destrozos esta madrugada como consecuencia de un acto vandálico. Un hombre ha subido encima del monumento y, debido al peso de este, ha cedido. Los restos ya han sido trasladados a un centro de restauración después de que la policía municipal acordonara la zona por precaución. El responsable de los destrozos ha tenido que ser ingresado en el hospital al caerle encima parte del monumento, está siendo investigado por delito contra el patrimonio histórico.

Hasta hace poco los ciclistas de montaña usaban pistas y senderos de monataña sin generar grandes problemas a pesar de que, con la ley en la mano, está prohibido transitar por pistas de menos de 3 metros. Pero con el aumento del uso de la montaña tras la pandemia, se ha intensificado la presión sobre el mal uso de senderos en Collserola (Barcelona). La Policía de Sant Cugat ha decidido perseguir activamente a los practicantes de MTB que no respeten la normativa multando a varios. Hasta ahora solo Madrid había tomado una iniciativa similar.

La dirección de la escuela municipal Pins del Vallès de Sant Cugat (Vallès Occidental) retiró, el pasado 23 de noviembre, un mural que daba apoyo a Palestina. No por iniciativa propia, sino a petición del Ayuntamiento de la ciudad, concretamente, por parte de la concejala de Educación, Universidades y Multiculturalidad, Carme Ardid (Junts). El mural era una reproducción del cuadro de Guernica de Pablo Picasso pintado con los colores de la bandera de Palestina y respondía a una actividad organizada por las familias de la escuela.

Detectado grupo de WhatsApp formado por 400 menores de centros educativos de Sant Cugat (Barcelona) que recibían imágenes pornográficas infantiles.

Desde hace dos décadas, en la mayoría de edificios de viviendas de Sant Cugat del Vallès, en Barcelona, cuando un vecino tira de la cadena no desperdicia agua potable, como ocurre en casi todos los hogares españoles. La cisterna del váter se llena con lo que desaguan duchas y lavabos. Se trata de un sistema de reutilización muy inusual en nuestro país. Pero la sequía que padece Catalunya ha empujado a algunos municipios a incorporar este requisito en las nuevas edificaciones.