Todo comenzó en 2019 cuando el policía nacional contactó con un menor de 13 años a través de Grindr, una página de citas destinada a hombres homosexuales o bisexuales con el fin de mantener un encuentro sexual. En cambio, los magistrados de la Audiencia Nacional le recordaron que estaba condenado por un delito doloso a un menor de 13 años, la cual era una víctima vulnerable. Y que, indudablemente, se ha desprestigiado y se ha causado un grave daño al cuerpo al que pertenecía por aquel entonces.

La empresa de aplicaciones de citas LGBTQ Grindr obligó al 45 por ciento de los empleados a dimitir cuando se negaron a trabajar en persona.

Egham ha recordado que tres de estos asesinatos fueron catalogados como muertes naturales a pesar de no serlo, y solo una fue calificada como homicidio. “¿Por qué?”, se pregunta el colectivo, cuya respuesta pone el foco en la discriminación: “Porque las personas asesinadas habían conocido a su asesino en una aplicación de contactos”.

Grindr, aplicación de citas LGBTQ+, se enfrenta a una demanda masiva de protección de datos en el Tribunal Superior de Londres, por parte de cientos de usuarios que supuestamente compartieron su información privada, incluido estado serológico del VIH y fecha de su última prueba del VIH, con terceros sin su consentimiento con fines comerciales a empresas de publicidad, según dijo el lunes un bufete de abogados. Según Austen Hayes, que presentó la demanda, unas 670 personas la habían firmado, y miles en el Reino Unido podrían estar afectados.