Hace algunos días, Paul Krugman hizo un breve examen de conciencia acerca de lo que había escrito en esta última década marcada por la crisis. ¿En qué acerté y en qué me equivoque?, se pregunta el premio Nobel. La verdad es que sería muy conveniente que esta misma cuestión se la planteasen la totalidad de los economistas, y no solo en referencia a los últimos diez años, sino desde el momento en que se empezó a hablar de la moneda única.