Los jugadores no aceptaron la propuesta realizada por Jorge Pérez, el secretario general de la RFEF, entre otras cosas porque consideran muy poco probable llegar a cobrar ese dinero, conscientes de las grandes dificultades que entraña renovar el título. También porque el resto de las cifras pactadas no les resultan desproporcionadas -72.000 euros por pasar de octavos, 180.000 por alcanzar las semifinales y 360.000 por disputar la final-,