"El cambio en Grecia se llama Syriza, en España se llama Podemos. La esperanza llega. Hasta la victoria Syriza-Podemos", gritó un enfervorecido Pablo Iglesias en el mitin final de la campaña electoral que aupó a la coalición de Alexis Tsipras al poder. Una arenga dirigida a los más de 10.000 simpatizantes congregados en la plaza Omonia de Atenas el pasado 22 de enero. La masa acogió con júbilo la proclama del eurodiputado y contestó con un lema de hermandad: "Syriza, Podemos, Venceremos...". Cinco meses después, el eslogan ha perdido fuerza.