Sería ingenuo pensar en una sociedad que funcione solo con un puñado de buenas voluntades. También sería inocente pensar que, sin una ciudadanía activa y crítica, esto va a funcionar solo. No podemos exigir a los héroes que lo sean para que nos salven siempre. Pero cuando aparecen hay que hacerles más jarana y homenajes. Citarlos para que existan. Al menos, quedarnos con su nombre y decirles, desde el confort de la distancia, "muchas gracias".