En la década de los 90 en plena descomposición política, social y económica de las Repúblicas herederas de la disolución de la URSS, los procesos independentistas inducidos en gran parte desde el exterior, pretendían desarraigar del inconsciente colectivo la unidad y solidaridad entre pueblos afianzados durante la etapa soviética. Uno de sus episodios más brutales fueron las guerras chechenas. Hoy, el Cáucaso es una de las puertas de entrada de la amenaza yihadista sobre Rusia, exportada desde Siria e Irak por el Estado Islámico.