Esperas de 14 minutos en un día laborable para poder coger el Metro, aglomeraciones en los trenes cuando por fin llega el convoy y quejas, muchas quejas. Los usuarios del Metro de Madrid parecen estar más cabreados que nunca este verano con la frecuencia del paso de los vagones del suburbano. Bien porque este verano se nota más que nunca los recortes de trenes y personal, según denuncian los sindicatos, bien porque hay una cuenta de Twitter (@SufridoresMetro) que se dedica a retwittear a todo aquel usuario cabreado, lo cierto es que parece...

Aquel metro que volaba cae ahora en picado. Trenes que no llegan y aglomeraciones que asfixian se combinan con subidas de precios. El 60% de los madrileños se confiesa agobiado, crecen los retrasos y las tarifas empiezan a ser una limitación a la hora de usar este transporte público. El metro de Madrid pierde dinero como empresa pese a que desde 2010 sus precios han subido un 21%. Menos calidad por más precio, lo que empuja al 40% de los madrileños a considerar las tarifas como una limitación importante a la hora de usar el transporte público.

La dirección del Metro de Madrid ha dado órdenes a su personal de estaciones para que no devuelvan el dinero a los clientes cuando falla la máquina expendedora, de forma que el viajero no recibe el billete y además se queda sin el efectivo. Este tipo de incidentes “ocurren muchas veces a lo largo del día”, indican fuentes de los representantes de los empleados de Metro. El ferrocarril metropolitano madrileño cuenta con 338 estaciones, con más de 600 bocas de entrada y con un parque de expendedoras que supera las 1.000 máquinas.

Se ha activado por un fallo el mecanismo "anti-intrusión", que abre las puertas de los vagones y avisa a los pasajeros de que se dirijan a la salida más cercana. Metro de Madrid ha confirmado que se ha desalojado toda la red de transportes por un fallo informático. Pasadas las 13.30 horas de este miércoles, los timelines de twitter empezaban a publicar fotos y comentarios desde distintas paradas: estaban abriendo las puertas de los vagones y los luminosos instaban a los pasajeros a tomar la salida más cercana.