Este nuevo dispositivo que la DGT estrena este verano en nuestras carreteras, a diferencia del resto de radares, opera en bandas de frecuencia muy altas, bastante superiores a las habituales, lo que se traduce en que la presencia de las ondas que emite en el aire es muy breve. Esto le permite estar fuera del espectro del 95 por ciento de los localizadores que se utilizan en España o, lo que es lo mismo, ser prácticamente indetectable.