La vuelta del PP al gobierno valenciano ha supuesto un balón de oxígeno para la principal beneficiaria de la privatización sanitaria, que mantendrá la concesión de Elx-Crevillent a pesar del malestar social. Ahora solo queda el Hospital del Vinalopó, rehén de Ribera Salud con la anuencia del nuevo Gobierno autonómico del PP y Vox y en ausencia de estudios o informes que avalen su continuidad por otros cinco años, tal como se pretende. En este caso, el clima de malestar social y laboral es exactamente el mismo que en el resto de áreas concertada