Testimonios acerca del comportamiento vejatorio del Rey abdicado, Juan Carlos I, hacia la reina consorte. Se demuestra que la falsa imagen de "campechanía" y personalidad bondadosa del rey tiene poco que ver con la realidad. Se analiza hasta que punto el colocar constitucionalmente a un rey por encima de la ley máxima (inviolabilidad) hace de este un monstruo institucional. Si la ejemplaridad de la Monarquía debe ser juzgada por el comportamiento de su titular, es necesario saber todo lo posible acerca de este último.