Al parecer, el líder y miembro comunista les aseguró que el sexo era parte de su formación budista. Reza una investigación de 95 páginas que el célebre monje budista Xuecheng enviaba mensajes de texto, a al menos, seis monjas del templo pequinés con palabras amenazantes en los que les pedía que mantuvieran relaciones sexuales -como parte de un estudio de técnicas de control de la mente- y que, al menos, cuatro de ellas cedieron a su petición.