La imagen idílica que la ciudad intenta proyectar al exterior contrasta con un fondo bastante oscuro. En 2011, las imágenes del desalojo de Plaça Catalunya dejaron clara la distancia entre esas postales idílicas y la realidad de la ciudad. A ello también colaboró la emisión del documental 'Ciutat Morta' sobre el caso 4F. La alarma social se magnificó con el caso de Esther Quintana, la manifestante que perdió un ojo tras ser alcanzada por una bala de plástico, y estalló definitivamente con la paliza que propinaron los Mossos a un transeúnte.